El ritmo de vida, una mala alimentación y una vida sedentaria, ha aumentado a nivel mundial los problemas de salud como el sobrepeso u obesidad.
Para saber si una persona tiene sobrepeso u obesidad, se debe calcular el IMC o Índice de Masa Corporal, dicho índice expresa la proporción entre el peso y talla de la persona, y no su estado de salud.
El Índice de Masa Corporal (IMC), es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Solo es válido para calcular la masa de personas entre 20 y 65 años, y nunca para niños, embarazadas, madres lactantes o personas que realizan mucho deporte o de alta competición.
Este índice se calcula dividiendo el peso (en kilos) entre la estatura al cuadrado (en metros). Si el índice de Masa Corporal (IMC) es mayor a 24.9 indica sobrepeso y si es superior a 30, se trata de obesidad.
El IMC ideal que hay que tener para estar sanos o tener una salud óptima, para una población adulta debe estar en un IMC de entre 18,5 y 24,9.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
El tejido adiposo es una reserva natural de energía de los seres humanos que compartimos con el resto de los mamíferos. La energía se almacena en el cuerpo en forma de grasa corporal, si esta reserva de energía se incrementa puede llegar a un punto en el que se pone en riesgo la salud o la vida decimos que padece obesidad.
La causa del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. A nivel mundial ha ocurrido un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa; y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo y los nuevos modos de transporte.
Tanto la obesidad como el sobrepeso son el quinto factor de riesgo de muerte en el mundo. A día de hoy, 2,8 millones de personas adultas mueren anualmente en el planeta como consecuencia del sobrepeso o la obesidad y sus enfermedades asociadas.
Oficialmente la Organización Mundial de la Salud, define como sobrepeso cuando el IMC en adultos es de 25 a 29.9 kg/m², distinguiendo dos tipos de sobrepeso:
– Sobrepeso Grado I: IMC = 25-26.9 kg/m2
– Sobrepeso Grado II o Preobesidad: IMC = 27-29.9 kg/m2
Si no hay una rectificación de la conducta alimentaria por parte del individuo o de actividades de la vida diaria adquiriendo hábitos saludables (hacer ejercicio), lo normal es que este sobrepeso evolucione con el tiempo a obesidad.
La Organización Mundial de la Salud, define como obesidad cuando el IMC en adultos es igual o superior a 30 kg/m².
Las causas de la obesidad obedecen a varios factores: los de origen genético y endocrino, que suponen un 30%, y los de origen ambiental, que representan el 70%.
La obesidad es una enfermedad crónica que puede deberse a múltiples factores, muchos de los cuales se pueden prevenir, se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa (hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo).
El exceso de grasa se encuentra localizado en el abdomen, el tórax y la cara. Este tipo de obesidad está muy asociada con la diabetes y enfermedades del corazón.
El exceso de grasa se acumula en muslos y caderas. Se da especialmente en mujeres y está relacionada con problemas como las varices y la artrosis en las rodillas.
La grasa se reparte por el cuerpo en las mismas proporciones.
Este tipo de obesidad es una de las más comunes. El paciente ha recibido una herencia genética o predisposición para tener obesidad.
Se da por llevar un estilo de vida sedentario unido a una ingesta de alimentos de alto valor calórico o a una mayor ingesta de calorías que las que se llegan a consumir.
Cuando se produce un desajuste en el mecanismo de la saciedad. La persona nunca se encuentra satisfecha al comer y siempre siente la necesidad de seguir ingiriendo más alimentos.
Se produce cuando el organismo no quema las calorías de forma eficiente. Es un tipo muy infrecuente de obesidad.
La obesidad la produce el sistema nervioso central cuando altera los mecanismos de saciedad. La padecen aquellas personas que sufren otras enfermedades como la hipoactividad u otros tipos de problemas psicológicos.
Es generada por enfermedades de carácter endocrino como el hipercorticismo o el hipotiroidismo.
Algunos medicamentos pueden producir acumulación de grasa. Ocurre con algunos tipos de antidepresivos o corticoides.
Se asocia al origen cromosómico de aquellas personas que sufren síndrome de Down o de Turner.
La OMS diferencia o establece cuatro tipos de obesidad según el IMC:
Obesidad Tipo I: IMC= 30-34.9 kg/m2
Obesidad Tipo II: IMC= 35-39.9 kg/m2
Obesidad Tipo III o mórbida: IMC= 40-49.9 kg/m2
Obesidad Tipo IV o extrema: IMC> 50 kg/m2
Un paciente con obesidad mórbida puede presentar enfermedades asociadas a la obesidad como enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular isquémico, diabetes mellitus tipo 2. También aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, colon, próstata, endometrio, riñón y vesícula biliar. Las tasas de mortalidad aumentan con los grados crecientes de obesidad.
Cuando el Índice de Masa Corporal se encuentra por encima de 25, el riesgo de contraer enfermedades es mayor. Además de presentar problemas de autoestima, de socialización, deestigmatización social, el exceso de peso puede generar graves problemas de salud. Mencionemos algunas de ellas.
Enfermedades cardiovasculares: entre ellas están la hipertensión, los infartos, accidentes cerebrovasculares, claudicación, etc. Necesitando medicación de por vida y con una baja calidad de vida.
Resistencia a la insulina y Diabetes: la mala alimentación y la descarga hormonal alteran el metabolismo de la glucosa en la sangre y la secreción de insulina da origen a la diabetes tipo 2, una enfermedad crónica e incapacitante.
Cáncer: las hormonas que libera el tejido graso elevan el riesgo de sufrir ciertos cánceres, como el de mama, próstata, colon, recto, ovarios, endometrio, etc.
Apnea del sueño: el alto peso puede comprimir la vía respiratoria durante el sueño, causando que la respiración se detenga varias veces. Esto se traduce en muchos despertares nocturnos, un mal descanso y depresión.
Artrosis o degeneración articular
las articulaciones intervertebrales, la cadera, las rodillas y los tobillos tienen una carga excesiva a diario que las daña a largo plazo. Esto disminuye la movilidad y puede ocasionar dolor constante.
El peso ideal es aquel que permite un estado de salud óptimo, con la mayor calidad de vida posible el mayor número de años. El peso ideal de cada persona está marcado por su sexo, edad, constitución y por otros factores como pueden ser el estado de salud general.
En ocasiones el concepto peso ideal que deseamos no se ajusta con nuestro peso más saludable ya que el estándar de belleza es una valoración muy subjetiva y además está sobrevalorado, ya que dependerá de la masa muscular del individuo, de su complexión…
El actual concepto de peso ideal está estrechamente relacionado con el IMC. Lo ideal es intentar mantenerse dentro del rango del IMC normal, es decir, entre 18,5 y 24,9 kg/m ². Lo que gran parte de las fórmulas de peso ideal intenta hacer es encontrar un peso con que el paciente quede, aproximadamente, alrededor de 22 o 23 kg/m².
Fórmula utilizada en el cálculo del Peso ideal:
Hombre: (Altura en centímetros- 100) x 0.90
Mujer: (Altura – 100) x 0.85
A nivel popular y como aproximación, siempre se ha dicho que el peso ideal es aquel que iguala los centímetros de nuestra talla más /menos 2 kg.